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sábado, 31 de agosto de 2013

TRATAMIENTO ESTÉTICO



 “Quizás Hoy” es una película con una narrativa clásica. Inspirada parcialmente por “Cleo de 5 a 7” de Agnes Varda, y por la obra del maestro Yasujiro Ozu.  En esta disección de fuentes de inspiración podemos mencionar a Robert Bresson, por su ética y por su criterio en cuanto a cómo ha de ser una actuación cinematográfica, y a su versión menos cristiana y más humorística, que es como tomamos al contemporáneo Aki Kaurismaki.
                    La película carece de movimientos de cámara. Son todos planos fijos. La composición de los cuadros se ha intentado que conste principalmente de líneas horizontales y verticales, identificables con facilidad. En ese sentido la película es casi un contrapunto al cine 3D.
                    Es en blanco y negro, con sólo algunos detalles en color, tanto en la secuencia inicial que corresponde a un sueño del protagonista, Miguel, y a los títulos, todo involucrado diegeticamente en la narración. El color vuelve a aparecer en un clásico dibujito animado de la Warner Bros, que se ve de fondo en una TV, y luego reaparecerá en unos cuadros medievales y renacentistas expuestos en la calle. Es decir, el color lo vemos sólo en el arte,  la “realidad” es blanco y negro.
                    Es una película de tránsito. Así como nuestras vidas se consumen en gran medida en los pequeños viajes, de la casa al trabajo, del trabajo a casa, ir a comer, ir a buscar algo, etc, así se ve reflejado en la película, que el mayor tiempo la pasa en esos viajes, en esos medios.
                    Es básicamente una película de un solo personaje, Miguel, pero no de una sola voz. Él aparece en todas las secuencias, él conecta todo, y bajo sus recorridos el espectador recorre. Pero no su visión subjetiva. El espectador puede contemplar mucho más que lo que puede percibir Miguel. Nosotros vemos a Miguel existir, andar, ir y venir, dialogar con otros personajes y lo escucharemos relatar parte de lo que él ve del modo en que lo quiere comunicar a otros. Por otro lado también podemos escuchar  lo que Miguel piensa por medio de la voz en off. Y podemos leer en subtítulos lo que escribe en un diario-libreta donde anota sus pensamientos (que no necesariamente coinciden con lo que escuchamos piensa).                  
                     Hacemos uso de los planos vacíos, es decir, sin la acción, sin personajes. Nos demoramos unos instantes antes de que cobren vida.
                     El sonido estará tratado de modo no naturalista, de un modo expresivo, sin adornos innecesarios, sin música incidental, más bien como un todo de sonomontaje musical, música concreta.

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